martes, 2 de marzo de 2010

Mercado libre


En este mundo dominado por ejecutivos trajeados, con Blackberry por apéndice auditivo, pegados con caros zapatos italianos a los parqués de mercados de medio mundo decidiendo qué sube y qué baja, qué empresa se hunde y cuál no, dos mundos completamente distintos se alzan como bastiones frente al capitalismo (¿a que parece una fusión de Uderzo&Goscinny con Marx&Engels?) que emplea papel moneda como medio de pago (sextercios frente a jabalís, vaya).

El primer escenario son las cárceles, en las que los cigarros sirven como moneda de cambio para todo tipo de bienes, ya sea un martillo de gemas o un poster de Marilyn, Rita Hayworth o Raquel Welch como bien demuestra el personaje de Red Redding bajo la dirección de Frank Darabont

"Debe haber un convicto como yo en todas las prisiones de América. Soy el tipo que puede conseguirte eso. Cigarros, una bolsa de marihuana si es lo tuyo, una botella de brandy para celebrar la graduación de tu hijo, cualquier cosa dentro de lo razonable. Si señor, soy como un Sears y Roebuck."


El segundo escenario, no tan alejado del anterior, son las universidades. Aquí todos los favores, sobornos en revisiones (si los hubiera) e incluso tasas se pagan en café (de hecho, estás últimas, dada la estupenda gestión que hacen las secretarías debería pagarse en soluble...de la segunda marca de Lidl). Según pasan los años de carrera, uno pasa de no encontrar desagradable las xantinas hasta asimilarlo como aminoácido esencial combinado con tres grupos metilo (en alguna parte debe notarse que soy ingeniero químico....con acceso a la Wikipedia); el café, junto al pincho de tortilla, es la base de la pirámide alimentaria de cualquier universitario, y al ser más versátil el primero frente al segundo (aunque puedo jurar que he visto a gente comiendo bocatas de tortilla en mitad de clase) y de un precio inferior (siempre que no nos vayamos al Starbucks...¿no han pensado en crear una gama de tortillas del mundo, tortilla de la semana y tortilla con shots extra?), la taza de café se alza como patrón económico universitario.

Todo empieza con una pregunta inocente:

- Oye, ¿me haces una fotocopia de la única copia del problema que el profesor TE ha entregado para una clase de 100 alumnos?

Claro, tú no vas a quedar como un capullo así que lo haces. Entonces el susodicho interfecto en cuestión vuelve a preguntarte.

- ¿Cuánto te debo?

Again, no quieres quedar como una rata por 18,34 céntimos así que dices aun más inocentemente:

- Nada hombre....ya me pagarás un café

Tremendo error. Las convenciones sociales, la educación y la gratitud son el pilar básico de la universidad (al menos entre los estudiantes, ejem) y así, tu vil compañero, al más puro estilo Corleone, no olvidará dicha deuda. Sí, los caminos del señor son inescrutables y un día cualquiera, de repenete todos tus deudores te buscan por la universidad para pagarte los cafés correspondientes... sin importarles que estés a una taza de alcanzar la DL50 (total....¡es un coin flip!). Así pues, amigos, amigas, gallifantes, gamusinos y ornitorrincos, la respuesta debería ser la siguiente:

- Oye, ¿me haces una fotocopia de la única copia del problema que el profesor TE ha entregado para una clase de 100 alumnos?
- La hizuve la hizuve....bu!

Y tan ricamente...

Escuchando: Jamie Cullum - Twentysomething. Special Edition (soy especiaaaaal!!)

P.S. Lamento el retraso en la publicación de posts. Pido perdón públicamente a mis 3 seguidores (son legión!) declarados (ejem). Llevo dándole vueltas a esta entrada mucho tiempo y el final me ha quedado un poco raro pero qué puedo decir....the leprechauns told me to do it! =)