viernes, 5 de noviembre de 2010

Miedos y esperanzas


Pasado el puente(?) de (todos los) Santos (Juan, tarde en pillar tu coña una semana...debería hacérmelo mirar), retomo mi actividad principal, y ya que estamos, pues el blog también :)

Ha pasado un mes desde la última entrada y en estos 30 días he aprendido muchas cosas nuevas, y aprehendido algunas otras. Para muestra un botón,

  • Que pese a estar en otoño, octubre y noviembre no acaban de encajar conmigo tanto como con Tom Hansen.
  • Que las Blackberry dominarán el mundo si no hacemos algo pronto.
  • Que todo aquello escrito con lápiz es susceptible de borrarse (vale, no es un gran descubrimiento pero es como la filosofía de Carl "todo el mundo puede equivocarse, por esos los lápices vienen con una goma detrás")
  • Que toda una Corporación como Zephyr puede venirse abajo por un simple donut, aunque tan simples no deben de ser si tienen transportador personalizado (vale, esto lo he aprendido en los últimos 5 minutos, pero compensa porque lo de la corporación es de septiembre =P)
  • Que la condensación empieza a dárseme realmente mal
  • Que hay momentos que merecen la pena ser vividos en directo, aunque te puedas permitir pocos de éstos al año.
  • Que es más difícil dar una charla frente a 9 amigos que un discurso ante 200 desconocidos (y que como muchas cosas en la vida, cuanto menos lo ensayas, mejor sale ;))
  • Que el frío puede volver cuando menos te lo esperas, aunque nada dure para siempre....*

Esta entrada es necesaria por dos motivos: el primero es que hace dos meses tuvo una primera parte en la que prometía bises y estoy intentando no dejar más cosas de la cuenta a medias, el segundo es que aquélla, si bien llegó a cuajar, no se entendió tal y como quería así que aquí va la aclaración con otros ejemplos ;)

Decíamos ayer (y no era martes), que si bien hay canciones ponzoña como Littlest Things o canciones happy como A-Punk (una pena que no queden ya entradas.. :( ), están también - y a éstas me refería - aquellas que nos dejan con una sensación amarga, un poco como películas complejas (you ordered some Nolan?) a las que seguimos dando vueltas una vez salimos del cine (similar a "la idea de la escalera" de la que hablaba Chuck Palahniuk).

Desde hace años viene siendo debate en el mundo de la música qué grupo es digno heredero del cetro del britpop portado, entre otros, por Radiohead, The Verve o The Smiths (Hansen, again); como en su momento lo fueron Oasis y Blur, Coldplay y Keane despuntan frente a otras bandas menores, como sucesores al trono. Si bien los Gallagher, con sus filias y sus fobias, ganaron de mano a los de Colchester (ayer, hoy y siempre defenderé que Wonderwall es junto con Bittersweet Simphony la canción más representativa de los '90), la balanza no se inclina tan flagrantemente hacia el lado de los de Chris Martin o los de Tom Rice-Oxley.

Los londinenses, con cuatro álbumes de estudio a sus espaldas, ya tenían un gran exito internacional cuando los de East Sussex aterrizaron en el mercado europeo. Con su álbum A rush of blood to the head, tras Parachutes dos años antes, ya marcaban tendencia con singles como Yellow, Clocks o los que daban título a ambos álbumes. De esa época más intimista, me quedo con canciones tan duras como Warning sign (mucho más si la ves en el contexto del remake de El último beso) o, ya dentro del contexto de este post, The scientist, con un videoclip un tanto perturbante... Ya con Keane entrando con fuerza en el panorama, Coldplay lanzó X&Y, un álbum que se convirtió en superventas gracias a singles como Fix you, Talk y Speed of sound. The hardest part es, valga la redundancia, una canción bastante dura y quizá por eso, una de mi top#5 de Coldplay. Éste album, no fue acogido con tanto agrado por la crítica, y tal vez se deba a la popularización de canciones de éste por lo que el escritor Josh Bazzell dice en su debut literario Burlando a la parca "Todo cirujano blanco de más de cuarenta años lo pone. Acabas dando las gracias de que no sea Coldplay". En 2006, la banda de Chris Martin se reinventó por completo con Viva la Vida or Death and All his friends, arrasando en los Brit Awards y los Grammy. Este disco es, a mi entender, prácticamente impecable, siendo el single principal un torrente de energía (directo a la cabeza). Cemeteries of London sería el único tema del disco que encajaría en #Perturbia (deformación twitterística) con sus descripciones que recuerdan a From Hell e historias de Poe.

Por su parte, Keane, acabó de fraguarse cuando en 2004 saltaron a la palestra con un disco, Hopes&Fears, que en mi opinión es de los mejores de toda la música y será muy difícil sacarle de mi top#10. Keane destacaba por ser una banda peculiar, si bien eran rock tocaban sin guitarras, tan sólo Rice-Oxley al piano (y cómo lider de grupo, también curioso), Chaplin a la voz y Hughes a la batería. De aquí salieron singles como o Bend and break, Somewhere only we know o Everybody's Changing y Bedshaped canciones con un sentido absolutamente ponzoñoso pero no por ello menos delicioso (de hecho, eso es lo malo de la música así, es bastante adictiva..). Tan sólo dos años después, los de Oxley sacaron Under the iron sea, y si bien el disco tuvo su éxito, con canciones como Is it any wonder? con un significado antibelicista por la participación de Reino Unido en la guerra de Irak, se notó un bajón, seguramente debido a la calidad del primer trabajo (en palabras de Chaplin, si fuera por su editor ellos hubieran hecho 10 discos como el primero.)...algo así como un efecto Meteora aunque no tan flagrante como en el caso de Linkin Park (bueno, tal vez con el Perfect Simmetry y el Night Train(EP) sí...¬¬) . De hecho, Under the iron sea es un disco bastante bueno, y canciones como A bad dream o Broken toy encajan perfectamente con la temática de este post. No obstante, es más un video - aunque la canción en sí tampoco deja indiferente - el que me llevo a iniciar a esta serie de posts y que lo vea una o cien veces, me sigue perturbando; no siempre en las pesadillas tienen que aparecer monstruos ;) Disfrutadlo...o ya sabéis, perturbaos...




*... ni siquiera la lluvia de Noviembre...

P.S.(cómo no): Esta entrada ha sido la primera en la que he usado un Beta-tester, mi agradecimiento especial para ella por aguantarme horas y horas de conversación en general, sobre música en particular :)

Escuchando: James Morrison - Undiscovered

2 comentarios:

  1. Pedazo de post, Fer. Completamente de acuerdo en el comentario de Oasis. Yo voy más allá y defiendo que Oasis fue la última gran banda del rock and roll clásico, la última con una manera de hacer y de entender la música que llevaba 40 años siendo como era, el rock and roll de la vieja escuela, el que no entiende de internet ni itunes, sino de singles casi tan importantes como el disco con 3 caras B cojonudas (nada de sobras, y si no vease el espectacular The Masterplan).
    Pero bueno, a lo que iba que me enrrollo. Si de Coldplay y Keane trata la cosa, tengo que decir que me quedo con Coldplay. No son santo de mi especial devoción pero Keane lo es menos. Tienen canciones sueltas que me gustan, pero hecho en falta ser capaz de poder escuchar un disco entero suyo, en conjunto, que retenga mi atención sin aburrireme en ningún momento. Podría hacer un buen recopilatorio, pero no me quedaría con ningún disco suyo tal cual. Con Coldplay al menos sí puedo escuchar entero el notable Parachutes (aunque por aquel entonces el disco que no dejaba de escuchar era el The Man Who de Travis, muy superior a Parachutes), y el sobresaliente A Rush of Blood to the Head. No me ocurre lo mismo con el terrible e infumable X&Y (sólo soy capaz de escuchar la parte final de Fix You y Swallowed by the Sea, que de hecho me encanta). Con Viva la Vida podría decir que me pasa un poco lo que me pasa con Keane, me termino aburriendo.
    La verdad es que la década esta del 2000, me ha parecido muy escasito. Muy cortito, casi nada destacable. Comparándolo con los 90 la verdad es que el panorama es desolador, si bien es cierto que sinceramente, la década de los 90 me parece una década portentosa musicalmente y se puede comparar muy decentemente con los 60 o 70 y es infinitamente mejor que los 80. Yo de esta década, a parte de Coldplay y AROBTTH, apenas destacaría a The Libertines con Up the Bracket, a The Strokes y su Is This It (fabuloso, mi tercer disco favorito de la década), a Primal Scream y su Riot City Blues (escandalosamente bueno, mi segundo favorito de la década) y a The Darkness con Permission to Land (apoteósico, el mejor de la década). Y resulta curioso que de todos los grupos que te he dicho todos se formaran en la década de los 90 (excepto Primal Scream en los 80).
    Yo ya te digo, no sé por nostalgia o por qué, mi década musical, siempre serán los 90. Todavía estoy por escuchar una canción que transmita, el buenrrollismo, la frescura y la alegría de, por ejemplo, Cigarettes and Alcohol, que con sólo escucharla ejerce sobre mi un impulso irrefrenable e hipnótico que me hace desear con todas mis fuerzas tener en mis manos un mini de cerveza y cantar a voz en grito la canción a coro con 4 ingleses mamados. Qué gran década!

    Un saludo!

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  2. Joder, un auténtico análisis de los 90...no te hacía yo tan rocker ;) Deberías leerte (o ver) Alta fidelidad de Nick Hornby, te gustaría. Yo me voy más a lo indie, aunque también me guste Primal Scream o The Strokes (Last Night es simplemente perfecta), y me quedo sobretodo con Babyshambles (también de Doherty, como The Libertines), The Shins o The Fratellis, pero no encajaban demasiado en este post. Travis, según Coldplay, es su mayor influencia, pero a mí me resulta un tanto pesado, aunque tiene auténticos temazos.

    Con lo de las caras B me has recordado a Rob Flemming, el protagonista de Alta Fidelidad, o sin ir más lejos a Ted Mosby en el capítulo de la semana pasada en el que decía que había hecho un CD con B-Sides de los Pixies a sus alumnos, quienes no sabían lo que eran las B-Sides o, ya de paso, los Pixies, jeje.

    Un abrazo y gracias por comentar!

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